Se sabe el himno nacional desde pequeño, vibra con los triunfos de las selecciones de nuestro país, conoce la historia de esta larga y angosta faja de tierra y celebra al igual que todos para el 18 de septiembre y a pesar que debiese ser un chileno más, la ley no se lo permite.
Es el caso de Yutaka Matsubara, si, es cierto, su nombre no suena muy chileno que digamos, pero sucede que este joven de 16 años vive desde los 2 meses de edad en Santiago, pero para poder optar a la nacionalidad chilena debe esperar hasta que cumpla 21, algo que le causa dolor, ya que juega tenis de mesa, es seleccionado nacional, en el ranking mundial aparece como chileno, pero no puede representar a la roja en sudamericanos, panamericanos, mundiales ni en ningún torneo porque su pasaporte dice que es japonés y brasilero.
La historia comienza con una tradición nipona y es que el primer hijo de un matrimonio de aquella nación, debe nacer bajo el amparo de los padres de su madre y en este caso, sus abuelos viven en Brasil, por lo que los padres de Yutaka que ya vivián en Chile, se trasladan hasta el país de la samba.
Pero resulta que a los 2 meses de nacido, sus padres vuelven a Chile, cumplida ya la tradición y es por eso que el jóven de Las Condes se siente un compatriota más (y lo es).
Es japonés porque sus padres lo son, es brasilero porque nació en ese lugar, pero su espíritu es chileno y luce orgulloso en su buzo la bandera de la estrella solitaria.
Yutaka se desespera porque pasan los años y no puede defender a nuestro país, salvo en los Open internacionales.
Hasta el momento la opción más viable es que se le conceda la nacionalidad por gracia, algo que ya tramitan algunos diputados de la República que entienden el amor y compromiso por Chile que tiene Yutaka y por supuesto, lo absurdo que es que tenga que esperar hasta los 21 años para poder ser un chileno más, cuando lo es desde que era un infante.
El presidente de la Federación de tenis de mesa confía en que haya una solución en los próximos 6 meses. El diputado Tucapel Jiménez se comprometió a acelerar el trámite para la nacionalidad por gracia.
Campeón nacional infantil a los 14 años, y subcampeón juvenil a los 15, es actualmente el uno del ranking de su categoría y hace unas semanas junto a Juan Lamadrid fueron campeones en dobles del Circuito Mundial en Guatemala y finalistas en El Salvador.
Sus inicios en el tenis de mesa se remontan a cuando tenía 10 años. Una prima de él viajó desde Argentina para ver la etapa nacional del Pro Tour y fue junto a él a ver el torneo. “Era chico y la verdad no le puse nada de atención a los partidos, me puse a jugar a otras cosas. Pero justo presté atención a la final y quedé maravillado. Llegué a la casa y le dije a mi mamá que quería jugar tenis de mesa y así, cada día después que llegaba de clases, le preguntaba a ella si había encontrado algún lugar donde jugar, hasta que hubo uno y de ahí no he parado más”, señala el deportista nacional, que se ilusiona con que se le conceda la nacionalidad por gracia y así no sólo ser un chileno de corazón, sino que también según la ley.
Crédito fotografía: Juan Carlos Páez / País Deportivo.
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